AGROEMPRESA
Escribe el Ing. Eco. Juan José Vera del Carpio
(Director Técnico de la Asociación “Kausa”: verajuanjose@hotmail.com)
Hora de poner las cosas en orden
Escribe el Ing. Eco. Juan José Vera del Carpio
(Director Técnico de la Asociación “Kausa”: verajuanjose@hotmail.com)
Hora de poner las cosas en orden
Nuevamente, el reclamo de los pequeños productores de algodón está remeciendo al sector. Tendremos que acostumbrarnos a soportar manifestaciones de este tipo, mientras no haya una solución de fondo para el agro pequeño y mediano.
● Pero, ¿cuál es la solución?. Muy simple: aquella que permita a esos productores —debidamente asociados y capacitados— producir y comercializar rentablemente, para cubrir sus necesidades básicas y ahorrar para capitalizarse.
● La pregunta es cómo hacerlo. Al respecto, las respuestas coinciden en señalar que las condiciones básicas son: un contexto político-económico que auspicie rentabilidad justa para la producción eficiente y un pequeño productor con nuevos atributos, como mejor educación, capacitación, organización, información, equipamiento tecnológico, mentalidad empresarial y capitalización sostenida. En ambos aspectos es determinante el papel del gobierno.
● Pero como no todo puede darse al mismo tiempo, en el esfuerzo por acortar plazos el financiamiento puede servir como un eje en torno al cual se inserten progresivamente las ideas que permitan generar un pequeño productor promedio con nueva mentalidad y nueva actitud.
● Todos sabemos que el crédito oportuno y suficiente resulta indispensable para lograr cultivos, crianzas y agroindustrias rentables; lo cual hoy no se da —incluso— por los casi nulos niveles de ahorro y capitalización en el campo; hecho que —a su vez— impide la incorporación de tecnologías apropiadas en el sector.
● Claro está que lo razonable es dar crédito sólo a quienes están en capacidad de pagarlo. Por lo mismo, las unidades productivas deben tener tamaños manejables y una gestión eficiente, con capacidad para identificar mercados antes de producir y capacidad de negociación para comercializar.
● Lamentablemente, éste no es el caso del pequeño productor agrario promedio, dueño de valiosos recursos naturales y potencialidades productivas, pero que —antes de emprender un nuevo proyecto— requiere capacitación técnica, equipamiento tecnológico, organización, gestión empresarial, conocimiento del mercado, etc; de tal forma que sus operaciones productivas y financieras sean solventes. Es decir, el pequeño productor de hoy necesita cubrir los factores preoperativos básicos para asegurar la rentabilidad de su trabajo; no tanto aspirar al subsidio financiero, que puede ser sólo algo excepcional y focalizado.
● Claro que —al mismo tiempo— existen también productores extremadamente pobres, asentados en zonas alejadas y deprimidas, con escasos recursos naturales y carentes de preparación, a quienes hay que ayudar a sobrevivir y resurgir gradualmente.
PROPUESTA
Entonces, resulta obvio que el Estado debe clasificar a quienes necesitan crédito para producir y a quienes precisan de subsidios temporales para sobrevivir. Aunque el subsidio agrario no es nada fuera de lo común en el mundo, pues todos los países —ricos y pobres— lo aplican por diversas razones, dentro del marco de las normas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el libre mercado. El asunto es para qué se subsidia, cómo y por cuánto tiempo. En el cuadro adjunto va una propuesta esquemática al respecto, a partir de lo existente.
- PROPUESTA DE CRÉDITOS Y SUBSIDIOS EN EL AGRO
TIPODEPRODUCTORCRÉDITO BANCARIO(Banco Rural)SUBSIDIO ENINTANGIBLES(Programa de Compensaciones para la Competitividad)SUBSIDIO A POBRES PARA SUBSISTENCIA(Programa “Juntos” Productivo)1) Pobre extremo de zonas andinas y amazónicas, sin capacitación.NO, porque no es sujeto de créditoSI, con servicios de capacitación y supervisión para elevar su productividad.SI, pero con metas sociales definidas y tendiendo sostenidamente a lo productivo.2) Pequeño productor con tierra y agua, en toda la costa y lugares focalizados de sierra y selvaSI. Para financiar campañas productivas, con servicios de capacitación y asistencia técnica, más tasas de interés preferencialesSI. Para financiar capacitación en organización, gestión e innovaciones tecnológicas, mejora de competitividad y rentabilidadNO. Los dos apoyos anteriores son suficientes.
3) Pequeño productor con aceptables recursos naturales, capacitación y experiencia.SI, para campaña anual, y proyectos de mediano plazo con cambio tecnológico y tasas de interés preferenciales.SI, en gerencia, asistencia técnica temporal, información y formulación de proyectos.NO. Los dos servicios anteriores son suficientes.
4) Otros productores, agroexportadores y agroindustriales.SI, pero en condiciones de libre mercado.SI, pero sólo en información y búsqueda de nuevos mercados.NO, porque no son pobres extremos.
● Administrativamente, la propuesta implica concentrar la acción estatal en tres entidades: 1) Programa “Juntos” Productivo, sumando al “Juntos” vigente los recursos de FONCODES y otros programas destinados al mejoramiento de la producción alimentaria en las áreas deprimidas. 2) Programa de Competitividad, reuniendo los fondos de los programas “AgroRural”, PCC-AgroIdeas, “AgroEmprende”, “Mi Chacra Productiva”, etc, y 3) Banco Rural, juntando en una sola institución los recursos financieros estatales dirigidos al agro no comprendido en extrema pobreza
● Los dos primeros serían instituciones normativas y de capacitación, apoyo en formulación de planes y proyectos, calificación y aprobación de expedientes, asistencia técnica, supervisión y evaluación de resultados, básicamente. Los mismos, mediante acuerdos, delegarían al Banco Rural o el Agrobanco repotenciado el manejo de los dineros públicos, incluso utilizando las ventanillas del Banco de la Nación y de otras instituciones calificadas.
● Como complemento también se debería establecer un seguro para el crédito agrario, con el fin de cubrir por lo menos los costos de producción.
● De esta manera se podría ordenar la acción agrofinanciera del Estado, hoy dispersa, costosa e ineficiente. También ello permitiría conocer en quiénes y para qué se usan los fondos estatales destinados al sector agrario.
● Lo concreto es que no se puede seguir regalando dinero de todos los peruanos tal como se hace actualmente con el Programa “Juntos”, el Fondo “AgroPerú” (a los algodoneros), el PCC-AgroIdeas y otros engendros ineficientes e insostenibles, que generan más burocracia que beneficios.
● La escasez de recursos públicos para el financiamiento y los subsidios en el medio rural, nos obliga a buscar simplificación, transparencia y eficiencia en la administración de los mismos.
● Ésta es una brillante oportunidad para introducir cambios razonables y sostenibles en la materia.